Si uno se da una vuelta por Marbella y pasea por el centro puede disfrutar viendo como cada día aparecen más carteles de ‘Se Vende’ y ‘Se alquila’ en las fachadas de los edificios. Una estampa típica ya que cada día aumenta por la crisis que, desgraciadamente, está azotando al país y al resto del mundo. No obstante, todo esto revela la posibilidad de encontrar medidas nuevas que impidan a toda costa que el mercado este paralizado.
Como bien dice el presidente de los Promotores y Constructores de Málaga, José Prado, la posibilidad de alquilar con opción a compra es una medida más que puede ayudar a paliar los graves efectos de la crisis. Desde este periódico, abogamos por ella.
Si uno mira a su alrededor, puede ver que son muchos los negocios que han colgado su cartel de liquidación por cierre o, sin preámbulos, han cerrado con llave y han puesto a la venta su pan de cada día porque la cosa, como bien sabe todo el mundo ya, no está para tirar cohetes, más bien para cerrar el bolsillo y evitar gastos innecesarios o pérdidas económicas que tardarán unos años en recuperarse. Nadie quiere comprar. También llama la atención que los promotores comiencen a pensar en opciones que hace unos años con el boom de la construcción en pleno auge ni siquiera se planteaban. Si lo sufre el ciudadano joven mileurista que no quiere ni que por asomo aparezca la palabra hipoteca en su cabeza, el promotor también. Si la gente no quiere comprar, el promotor sufre como un condenado. Si el sector está paralizado, nadie quiere comprar y hay mucho que vender... tenemos que buscar soluciones.
El PGOU
Por eso más que nunca, como bien dice Prado en este periódico, hay que pedir a las administraciones públicas que sigan con la “buena voluntad” de sacar adelante el Plan General de Ordenación Urbana para que se ponga fin a una situación de estancamiento de años en Marbella que está impidiendo nuevos asentamientos de turismo residencial y obligando a muchos a alquilar ante la incapacidad de encontrar un inmueble de nueva construcción a la venta.
El PGOU tiene que estar aprobado como muy tarde a finales de diciembre y principios de enero (va con mucho retraso)porque Marbella necesita un cambio, y ese cambio viene marcado sin duda por un plan urbanístico ordenado, basado en el consenso de las dos administraciones y cumpliendo en la más estricta legalidad todo lo relacionado con espacios públicos y equipamientos. Ese documento ayudará a mejorar el déficit de infraestructuras, de centros escolares y de salud que ahora mismo pagamos todos los ciudadanos. Muchos edificios en venta o en alquiler carecen, por desgracia, de estas infraestructuras cerca, lo que obliga a que nadie quiera comprar o arrendar. Si no hay colegios, no puedo alquilar porque mi hijo tendrá que ir a estudiar lejos. Si no hay supermercados, sin centros de salud... Ese PGOU podría ayudar claramente a frenar esa postal que ya es inherente en Marbella donde muchos inmuebles están en venta y todo se alquila o se cierra.
Por último, no podemos despistarnos y pensar que todavía los precios de esas viviendas son completamente inasequibles para los mileuristas, incluso los de alquiler son más que cuestionables en Marbella. Nadie puede pagar 900 euros al mes por un piso de tres dormitorios. Se obliga a los más necesitados a compartir o no irse de casa. Por eso, hay que incidir en la necesidad de que, una vez aprobado el PGOU, la alcaldesa tendrá que ponerse el casco y manos a las obras para que en Marbella se levante un millar de VPO, tal y como prometió en las elecciones. El problema de la vivienda es sin duda uno de los más graves que sufre la sociedad joven, el futuro de Marbella depende de que muchos encuentren aquí un espacio digno para vivir, lejos de hipotecas basura o que se tienen que pagar durante 30 años. Pasará la crisis y el mercado inmobiliario volverá a nacer. Pero, mientras tanto, tenemos que salir adelante para borrar esa postal que tanto está de moda.
Si uno mira a su alrededor, puede ver que son muchos los negocios que han colgado su cartel de liquidación por cierre o, sin preámbulos, han cerrado con llave y han puesto a la venta su pan de cada día porque la cosa, como bien sabe todo el mundo ya, no está para tirar cohetes, más bien para cerrar el bolsillo y evitar gastos innecesarios o pérdidas económicas que tardarán unos años en recuperarse. Nadie quiere comprar. También llama la atención que los promotores comiencen a pensar en opciones que hace unos años con el boom de la construcción en pleno auge ni siquiera se planteaban. Si lo sufre el ciudadano joven mileurista que no quiere ni que por asomo aparezca la palabra hipoteca en su cabeza, el promotor también. Si la gente no quiere comprar, el promotor sufre como un condenado. Si el sector está paralizado, nadie quiere comprar y hay mucho que vender... tenemos que buscar soluciones.
El PGOU
Por eso más que nunca, como bien dice Prado en este periódico, hay que pedir a las administraciones públicas que sigan con la “buena voluntad” de sacar adelante el Plan General de Ordenación Urbana para que se ponga fin a una situación de estancamiento de años en Marbella que está impidiendo nuevos asentamientos de turismo residencial y obligando a muchos a alquilar ante la incapacidad de encontrar un inmueble de nueva construcción a la venta.
El PGOU tiene que estar aprobado como muy tarde a finales de diciembre y principios de enero (va con mucho retraso)porque Marbella necesita un cambio, y ese cambio viene marcado sin duda por un plan urbanístico ordenado, basado en el consenso de las dos administraciones y cumpliendo en la más estricta legalidad todo lo relacionado con espacios públicos y equipamientos. Ese documento ayudará a mejorar el déficit de infraestructuras, de centros escolares y de salud que ahora mismo pagamos todos los ciudadanos. Muchos edificios en venta o en alquiler carecen, por desgracia, de estas infraestructuras cerca, lo que obliga a que nadie quiera comprar o arrendar. Si no hay colegios, no puedo alquilar porque mi hijo tendrá que ir a estudiar lejos. Si no hay supermercados, sin centros de salud... Ese PGOU podría ayudar claramente a frenar esa postal que ya es inherente en Marbella donde muchos inmuebles están en venta y todo se alquila o se cierra.
Por último, no podemos despistarnos y pensar que todavía los precios de esas viviendas son completamente inasequibles para los mileuristas, incluso los de alquiler son más que cuestionables en Marbella. Nadie puede pagar 900 euros al mes por un piso de tres dormitorios. Se obliga a los más necesitados a compartir o no irse de casa. Por eso, hay que incidir en la necesidad de que, una vez aprobado el PGOU, la alcaldesa tendrá que ponerse el casco y manos a las obras para que en Marbella se levante un millar de VPO, tal y como prometió en las elecciones. El problema de la vivienda es sin duda uno de los más graves que sufre la sociedad joven, el futuro de Marbella depende de que muchos encuentren aquí un espacio digno para vivir, lejos de hipotecas basura o que se tienen que pagar durante 30 años. Pasará la crisis y el mercado inmobiliario volverá a nacer. Pero, mientras tanto, tenemos que salir adelante para borrar esa postal que tanto está de moda.
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